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Cada 28 de junio se celebra el Día Mundial del Árbol, una fecha con la que se quiere recordar el valor incalculable que tienen estos seres vivos, imprescindibles para purificar el aire, regular el clima y mantener la biodiversidad

Fuente: El Ágora
Madrid | 28 junio, 2021

Cuando bebemos un vaso de agua, escribimos en un cuaderno, tomamos medicamentos para la fiebre o construimos una casa, no siempre relacionamos estas acciones con el árbol. Sin embargo, estos y muchos otros aspectos de nuestras vidas cotidianas están vinculados de una manera u otra con este ser vivo. Pero a pesar de su relevancia crítica para la supervivencia humana, estamos acabando poco a poco con ellos: actualmente se talan unos 15.300 millones de árboles cada año, lo que significa unos 42 millones cada día y más de 29.000 al minuto.

Para concienciar a la población de la necesidad de proteger y conservar mejor estos árboles, se celebra este 28 de junio el Día Mundial del Árbol, una efeméride proclamada por el Congreso Forestal Mundial que no debe confundirse con el Día Internacional de los Bosques, avalado por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y que tiene lugar el 21 de marzo. Sin embargo, dos fechas parecen en cualquier caso pocas para celebrar un elemento tan imprescindible para la vida en la Tierra.

raíces
Un mayor crecimiento de las raíces puede suponer una ayuda contra el cambio climático.

Y es que los árboles no sólo contribuyen a disminuir la contaminación ambiental y climática generada por el hombre liberando oxígeno y transformando el dióxido de carbono (CO2) en biomasa. También protegen el suelo de la erosión, son reguladores de los ciclos hidrológicos contribuyendo a evitar inundaciones y constituyen un hábitat para todo tipo de especies de fauna y flora.

En definitiva, tienen un papel fundamental en la vida del planeta que les hace ser esenciales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible:  más de 1 000 millones de personas en todo el planeta —incluidas más de dos mil pueblos indígenas— dependen de los bosques para sobrevivir: les proporciona alimentos, medicinas, combustible y abrigo. Pero precisamente el hecho de que los árboles sean un recurso imprescindible para la elaboración de todo tipo de productos, desde la madera y el papel hasta medicinas y alimentos o materiales como el corcho, el caucho o las resinas, es lo que los está poniendo en peligro.

Sin árboles no hay futuro

Precisamente para poner en valor a los árboles y otros seres vivos vitales para el funcionamiento de los ecosistemas, Naciones Unidas ha puesto en marcha el Decenio de Restauración de Ecosistemas, un periodo que se alargará hasta el 2030 y “representa la última oportunidad de prevenir un cambio climático catastrófico”. Está diseñado para alcanzar las metas existentes y acelerar los esfuerzos de restauración en curso, como el Desafío de Bonn, cuyo objetivo es restaurar 350 millones de hectáreas de paisajes degradados a más tardar en 2030.

“La pérdida de los ecosistemas está privando al mundo de sumideros de carbono, como los bosques y las turberas, en un momento en que la humanidad ya no puede permitírselo. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero han aumentado durante tres años consecutivos y el planeta está a un paso de un cambio climático potencialmente catastrófico”, añade la ONU, que alerta de que, en la actualidad, el mundo pierde una superficie de bosque equivalente a un campo de fútbol cada tres segundos.

Los árboles son reguladores del clima y por eso su fragilidad tiene consecuencias negativas frente a la emergencia climática. | FOTO: Jplenio/Pixabay
Los árboles son reguladores del clima y por eso su fragilidad tiene consecuencias negativas frente a la emergencia climática.

Aunque los incendios juegan un importante papel en la deforestación, sobre todo con el aumento de los fuegos forestales como consecuencia del cambio climático, en los países en vías de desarrollo, que es donde este problema está más extendido, la tala de árboles se debe principalmente a la conversión de los hábitats para la agricultura a gran escala. Por eso, incrementar la producción agrícola sin sustituir a los bosques naturales es un desafío clave.

No todo son malas noticias: en los últimos 25 años, la tasa anual de deforestación mundial neta se ha reducido en más del 50%, lo que constituye un crédito a los esfuerzos de los gobiernos y otros interesados que trabajan en la ordenación sostenible de los bosques. Cada vez más organizaciones de la sociedad civil luchan por la correcta conservación de los árboles y un número importante de empresas tienen programas de plantación masiva con las que buscan compensar su huella de carbono. Sin embargo, vastas áreas de bosque siguen perdiéndose, por lo que debemos seguir incrementando los esfuerzos a nivel mundial. Los árboles lo necesitan.

 

5 curiosidades sobre los árboles

  1. En el planeta Tierra hay 60.065 especies de árboles, según un estudio publicado en 2017 Journal of Sustainable Forestry. En total, suman más de 400.000 millones de ejemplares.
  2. Al menos el 22% de las especies del reino plantae están en riesgo, es decir: una de cada cinco especies de plantas las 400 millones conocidas por la ciencia.
  3. Se calcula que los bosques albergan cerca del 80% de la biodiversidad terrestre.
  4. Los nuevos árboles nacidos en tierras fértiles tienen un crecimiento superior a los anteriores, una característica que les permite absorber más CO2, pero que les hace más vulnerables a fenómenos extremos como las sequías.
  5. El bosque fósil más antiguo conocido en el mundo está en Nueva York y t tienen unos 386 millones de años de antigüedad